Aula de Abordaje Temprano
Escuela Hospitalaria Nº 2 Prof. Dr. Juan P. Garrahan
Dirección de Educación Especial
Ministerio de Educación
Gob. de la Ciudad de Buenos Aires

viernes, 17 de septiembre de 2010

"Juego de niño" de Pieter Brueghel


¿A qué jugaban?

¿A qué jugabas?


¿A qué juegan hoy
los niños?


       


                                                              
                                  

lunes, 13 de septiembre de 2010

¿Por qué intervenir con los bebés y niños pequeños hospitalizados?

Observamos que cuando un niño se hospitaliza el estado general de salud y las intervenciones que necesita obturan, muchas veces, los vínculos de apego e irrumpen en los hábitos y rutinas cotidianas y en el armado de pautas de crianza propias de cada familia importantes para la organización de ese niño.
En los inicios de la construcción de la maternidad y la paternidad los padres se encuentran atravesados por el dolor y la incertidumbre por la salud del su hijo; ante esta situación apremiante, “entregan” su hijo al saber médico- profesional sintiéndose deshabilitados en sus propios saberes.
El bebé está enfermo. La situación traumática está presente, no es un relato. Es el presente del dolor físico, psíquico, del nombre del diagnóstico. Es el presente de la preocupación por la vida. El niño está más expuesto a estímulos amenazantes, dolorosos que pueden incidir negativamente en su relación con el medio, y privado del entorno familiar, cotidiano, previsible.
Si bien, es atendido en sus necesidades orgánicas, en su salud, en el seguimiento de su desarrollo, en el mejoramiento de su condición de enfermo, necesita además, ser ahijado, recibido en la trama familiar, ingresado en el lenguaje, en la cultura.
Desde el equipo de Atención Temprana se acompaña en el proceso de constitución y construcción, armando una red de sostén para los bebés y sus padres.
Con el bebé y el niño pequeño el jugar es el eje de la intervención. El jugar permite aliviar el dolor, tramitar la angustia, experimentar lo más vital. El jugar corre al niño de la pasividad, de la inmovilidad propia de su condición de paciente. El jugar es del orden de la salud.
Desde los padres, este jugar, permite otra mirada, otro encuentro con el hijo, descubriendo que más allá de la enfermedad, hay un niño que hace, que disfruta, que juega…

La Atención Temprana en un hospital pediátrico de alta complejidad requiere de formulaciones dinámicas, flexibles y realistas de sus objetivos de tratamientos dada la imposibilidad de prever las variaciones de las situaciones clínicas de los pacientes.
Se hace necesario reflexionar continuamente sobre la tarea, armar una Red de sostén para quienes trabajan con los niños y sus familias, para no quedar imbuido de la modalidad de la emergencia y la impronta de la tecnología de alta complejidad