Aula de Abordaje Temprano
Escuela Hospitalaria Nº 2 Prof. Dr. Juan P. Garrahan
Dirección de Educación Especial
Ministerio de Educación
Gob. de la Ciudad de Buenos Aires

lunes, 4 de octubre de 2010

Semana del Prematuro. Unicef. Argentina






29/09/2010 | Los de menor peso, los más vulnerables
El nacimiento prematuro es la mayor causa de mortalidad infantil en el país
Autor: Celina Abud
Según define la Organización Mundial de la Salud (OMS), un bebé prematuro es aquel que nace antes de las 37 semanas de edad gestacional, es decir, que no completa las 40 que duran los embarazos que llegan a término. 

“El mayor problema de la prematurez se concentra en los bebés con muy bajo peso al nacer”, explicó el Dr. Bernardo Chomsky, referente de la Alianza Argentina para la Salud de la Madre, Recién Nacido y Niño (ASUMEN), para luego agregar que de los 746.460 nacimientos por año que se registran en Argentina, unos 56 mil (equivalente al 8%) son prematuros. De ese total, aproximadamente 51 mil pesa menos de 2.500 gramos y 8.400, menos de 1.500 gramos.

El problema cobra relevancia ya que a menor es el peso al nacer, mayor es la probabilidad de que un bebé fallezca. Según estadísticas del Ministerio de salud, la prematurez representa la primera causa de mortalidad en bebés y durante 2008, los fallecimientos por causas perinatales fueron más del doble de los decesos por anomalías congénitas (4724 y 2285, respectivamente).

En ese año, Argentina tuvo una mortalidad infantil de 12,5 cada mil nacidos vivos. De los 9.341 niños fallecidos menores de un año, el 66% falleció antes de cumplir mes de vida. De ese total, quienes nacieron con menos de 2.500 gramos (prematuros en su mayoría) constituyeron el 7% de los decesos. Pero el 33% del total de los fallecimientos de bebés en el país están constituidos por bebés que pesaron menos de 1.500 gramos.

Las cifras de los alumbramientos antes de término se mantienen estables a nivel mundial, pero se ganó en sobrevida. Si se comparan los períodos 2006-2008, los fallecimientos por pesos superiores a 1.500 gramos se redujeron en un 37%, pero los de los que no llegan a alcanzarlo la disminución es de apenas un 23%, cifra con la que, según Chomsky, no están conformes. Por ese motivo, desde UNICEF se propone conmemorar la “Semana del prematuro” con una campaña que involucra a 70 maternidades del país de 45 ciudades y 17 provincias argentinas. Pero también se organizarán eventos musicales, nacidos prematuros compartirán experiencias, se difundirán spots televisivos y también habrá alta participación en las redes sociales.

Según declaró Zulma Ortíz, especialista en Salud de UNICEF Argentina, se busca “informar a la población sobre los derechos de los niños que nacen antes de tiempo”, pero también instalar el tema de la reorganización del recurso humano a nivel país, ya que si bien la Argentina cuenta con 300 unidades neonatales en el sector público y cerca de 900 en el ámbito privado, “el sistema encuentra falla en la distribución de los recursos humanos”.

Por otra parte, enfatizó en la idea de “maternidades seguras y centradas en la familia”, con ingreso irrestricto de ambos padres, en primer lugar porque el contacto piel con piel disminuye la posibilidad de secuelas en un prematuro, y en segundo porque, al estar la madre presente, se puede alimentar vía sonda al bebé con leche materna, el único alimento con todos los nutrientes que el niño necesita.

“A veces faltan enfermeras en las unidades de cuidados intensivos. Y aunque por cuestiones culturales se considere que el ingreso irrestricto de los padres es peligroso por las infecciones intrahospitalarias, en realidad no lo es, ya que es el personal de salud el que más está en contacto con personas internadas”, agregó Ortiz. En relación al tema Chomsky agregó que “la madre es el mejor monitor que existe, siempre sabe lo que le pasa al niño, y su alarma nunca se apaga”.

Posibles consecuencias

La Dra. Gabriela Bauer, pediatra del Hospital Garrahan y coordinadora de la campaña explicó en diálogo con DocSalud.com que los bebés prematuros “deben ser fuertemente acompañados durante sus primeros años para evitar secuelas”.

“En el primer año muchos van a padecer algún grado de desnutrición, entonces se va a requerir un plan de alimentación especialmente diseñado para su recuperación”, relató la especialista para luego agregar que otros de los principales problemas durante esa etapa son las infecciones respiratorias, “ya que los pulmones son más pequeños y eso hace que por una infección viral, rápidamente puedan entrar en alguna insuficiencia”.

Durante el segundo y tercer año de vida lo se debe evaluar, en palabras de Bauer, si existen secuelas mayores, más frecuentes en los niños de peso más bajo. “Los de menos de 1500 g tienen un 10 a 15% de posibilidad de tenerlas y ellas son la parálisis motora o cerebral, el retraso del desarrollo, la ceguera o disminución visual y la pérdida auditiva o sordera”.

Después de los tres años, se debe revisar si existen secuelas menores, pero de mayor prevalencia, que son las dificultades de aprendizaje. “En el caso de los prematuros son dificultades muy específicas que hay que apuntalar y hoy existen programas de seguimiento para superarlas”, indicó. “Pero con los cuidados disponibles, hoy las posibilidades de superar estos problemas son amplias”, concluyó.

Otra tendencia ligada a la pobreza

Según indicó Andres Franco, representante de UNICEF, “los nacimientos prematuros se dan principalmente en las familias más pobres” y es grande la brecha entre las provincias argentinas, siendo Formosa, Chaco y Santiago del Estero las más afectadas. La poca información que tienen las familias con respecto a sus derechos en situaciones de partos antes de término lleva a que la tendencia crezca.

Por ese motivo buscan “instalar en la agenda pública el tema de la prematurez”, sensibilizar a la sociedad y visualizar los esfuerzos de los servicios de salud.

Las causas de los partos prematuros están fuertemente ligadas a factores socio-económicos (cuando las madres no se alimentan bien), psicológicos (violencia familiar, embarazos no deseados) y biológicos (si la mujer tuvo otro bebé prematuro o enfermedades previas como diabetes, hipertensión, cardiopatías, adicción al tabaco o a drogas, obesidad, desnutrición o enfermedades de transmisión sexual.


Natalia L. Calisti
Consultora en Comunicación/ Periodista.
UNICEF Argentina
(+54) 011 5093-7150
(+54) 011 15-4147-2785
http://ar.mc333.mail.yahoo.com/mc/compose?to=ncalisti@unicef.org
http://ar.mc333.mail.yahoo.com/mc/compose?to=natalia.calisti@gmail.com
unicef/argentina.org

viernes, 17 de septiembre de 2010

"Juego de niño" de Pieter Brueghel


¿A qué jugaban?

¿A qué jugabas?


¿A qué juegan hoy
los niños?


       


                                                              
                                  

lunes, 13 de septiembre de 2010

¿Por qué intervenir con los bebés y niños pequeños hospitalizados?

Observamos que cuando un niño se hospitaliza el estado general de salud y las intervenciones que necesita obturan, muchas veces, los vínculos de apego e irrumpen en los hábitos y rutinas cotidianas y en el armado de pautas de crianza propias de cada familia importantes para la organización de ese niño.
En los inicios de la construcción de la maternidad y la paternidad los padres se encuentran atravesados por el dolor y la incertidumbre por la salud del su hijo; ante esta situación apremiante, “entregan” su hijo al saber médico- profesional sintiéndose deshabilitados en sus propios saberes.
El bebé está enfermo. La situación traumática está presente, no es un relato. Es el presente del dolor físico, psíquico, del nombre del diagnóstico. Es el presente de la preocupación por la vida. El niño está más expuesto a estímulos amenazantes, dolorosos que pueden incidir negativamente en su relación con el medio, y privado del entorno familiar, cotidiano, previsible.
Si bien, es atendido en sus necesidades orgánicas, en su salud, en el seguimiento de su desarrollo, en el mejoramiento de su condición de enfermo, necesita además, ser ahijado, recibido en la trama familiar, ingresado en el lenguaje, en la cultura.
Desde el equipo de Atención Temprana se acompaña en el proceso de constitución y construcción, armando una red de sostén para los bebés y sus padres.
Con el bebé y el niño pequeño el jugar es el eje de la intervención. El jugar permite aliviar el dolor, tramitar la angustia, experimentar lo más vital. El jugar corre al niño de la pasividad, de la inmovilidad propia de su condición de paciente. El jugar es del orden de la salud.
Desde los padres, este jugar, permite otra mirada, otro encuentro con el hijo, descubriendo que más allá de la enfermedad, hay un niño que hace, que disfruta, que juega…

La Atención Temprana en un hospital pediátrico de alta complejidad requiere de formulaciones dinámicas, flexibles y realistas de sus objetivos de tratamientos dada la imposibilidad de prever las variaciones de las situaciones clínicas de los pacientes.
Se hace necesario reflexionar continuamente sobre la tarea, armar una Red de sostén para quienes trabajan con los niños y sus familias, para no quedar imbuido de la modalidad de la emergencia y la impronta de la tecnología de alta complejidad